lunes, 28 de octubre de 2013

Una bella experiencia

El pasado 5 de octubre 16 palentinos, amantes del triatlón y del deporte en general, acompañados por sus familias y amigos, tomaban parte en uno de los grandes retos deportivos de sus vidas, ya que participaban en Lepe (Huelva)en la primera edición del Iberman Triatlón La Luz, una prueba en la distancia del durísimo ironman.

 Atrás quedaban muchos meses (unos diez desde que dieron el sí a la idea fraguada en Astudillo y procedieron a la inscripción) de preparación intensa y concienzuda, ininterrumpida, olvidando el mal tiempo o las ganas de hacer otras cosas en momentos de debilidad y, sobre todo, con el apoyo de sus familias. Porque acometer un reto que incluye 3.800 metros de natación, 180 km de bicicleta y 42 de carrera a pie requiere de todos los sentidos y, por supuesto, de la comprensión de los más cercanos. Por eso los 16 acudieron a tierras onubenses bien acompañados por sus parejas y sus niños y, una vez finalizado el reto, disfrutaron de la playa y compartieron la experiencia vivida.

 Los 16. Eran 12 integrantes del Triatlón Astudillo (José Racionero, César Vián, Ernesto Carrera, Miguel Carrera, Carlos Anero, Luis Óscar Rodríguez, Alberto Antolín, Luis Ángel Varas, Ramón Alayeto, Samuel González, Iñaki García y Alberto Illana) y cuatro del Triatlón Palencia (Yannick Coustarot, Félix Castrillejo, José Luis Campo y Vicente Álvarez).

 Se encontraron con más dureza de la esperada, lo que no impidió que 14 de ellos acabaran (entre paréntesis, las horas de competición que invirtió cada uno de estos fenomenales deportistas): Yannick Coustarot (11:19:13), Miguel Carrera (12:02:41), Félix Castrillejo (12:02:42), Ramón Alayeto (12:06:18), Samuel González (12:13:54), Alberto Illana (12:14:44), Vicente Álvarez (12:34:43), José Luis Campo (12:52:58), L. Ángel Varas (Tato) (13:17:03), Alberto Antolín (13:17:10), José Racionero (13:28:39), Iñaki García (13:31:06), César Vián (13:31:22) y L. Óscar Rodríguez (14:39:16). No terminaron Carlos Anero (problemas en el estómago le impidieron empezar el sector a pie) ni Ernesto Carrera (una intoxicación alimentaria le dejó bajó mínimos y debió parar a solo 5 km del final, debido a la deshidratación). Pero todos formaron parte de la aventura, incluyendo a Javi Pérez (lesionado, la organización le permitió completar el sector ciclista), Licinio o Álvaro, que junto a los familiares prestaron todo su apoyo a los triatletas en los diferentes puntos de la prueba (que tenía la segunda transición en la localidad lusa de Villarreal de Santo Antonio y la salida y la meta en la playa de La Antilla de Lepe).

 Fue una experiencia de grupo, de compañerismo, de superación y la plasmación de muchos de los valores del deporte. Enhorabuena a todos ellos.

Fuente: Diario Palentino

lunes, 21 de octubre de 2013

Las Mujeres del Iberman

Mirando atrás, recuerdo el día en que Alberto me contó el desafío que habían pensado para este año:  un triatlón distancia IRONMAN.  Esto fue a finales del año pasado y ya llegó la fecha, así, sin casi darnos cuenta.

“Estáis fatal” fue lo primero que me vino a la mente. Pero bueno, él parecía animado, por eso de que lo iban a hacer muchos componentes del equipo. Mi preocupación, como la de todas vuestras mujeres, era la de la cantidad de tiempo que ibais a necesitar para entrenar y el esfuerzo que os iba a costar… Pero sois chicos fuertes, y casi siempre os tomáis los entrenamientos como un rato para estar con los amigos. Esto es lo bueno que tiene el Triatlón Astudillo, que sois un grupo de amigos, así que, por favor, no lo estropeéis.

Tras un invierno de entrenamiento en piscina, en carretera y en el “Isla Dos Aguas”, llegó el buen tiempo y empezasteis con el río (una preocupación más para nosotras), las horas de bici hasta el anochecer y la carrera cuando se podía.

Pero esto no es una narración sobre vosotros, los “HÉROES DE HUELVA” (jaja), sino sobre como lo estamos viviendo nosotras, vuestras mujeres.

Para nosotras también está siendo duro. En las horas en las que estáis con la bici, nosotras contamos los minutos para que volváis a casa sin ningún rasguño, mientras vuestras zancadas resuenan en el suelo al correr, esperamos pacientes a que regreséis y cuando vuestros brazos salpican en el agua, nosotras también nos mojamos, nos mojamos ayudándoos en todo lo que necesitéis.

Como para vosotros todo es poco, decidís organizar otros desafíos, como el Grijota Fun Race, el Triatlón de la Mujer de Villalaco o la Marcha MTB. Pero es vuestro hobbie  y por eso nosotras estamos ahí, con vosotros, ayudando en lo que se puede.

Durante este verano, he oído comentarios sobre el IBERMAN como: “a ver si terminan de parir de una vez”, “estoy harta de tanto entrenamiento”, “yo paso, que hagan lo que quieran”… Todos estos comentarios los suscribo también como míos, porque cualquiera de nosotras lo hemos pensado en algún momento de este año. Pero no sólo estos, sino también los que se refieren a lo orgullosas que estamos de vosotros y de que nos hagáis partícipes de este desafío.

Días antes de emprender el viaje hasta Huelva, en general, los sentimientos son positivos, porque ante todo, nos puede el estar a vuestro lado. Planteamos este viaje como unas vacaciones todos juntos, un triatlón más, una meta por la que pasar y en la que os aplaudiremos y gritaremos hasta quedarnos afónicas.

Y así, sin darnos cuenta, estábamos todos en Huelva, juntos en el hotel, tomando unas cervecitas antes del gran día. Los nervios estaban muy presentes y os dejamos un ratito para que habléis de vuestras cosas. Nosotras, al lado, presentes, pero también nerviosas por el reto que os esperaba al día siguiente.

El sábado, antes de que el despertador sonara, yo ya estaba despierta, pendiente de que Alberto no se durmiera y tuviera tiempo de desayunar tranquilo. Me cuenta que algunas de vuestras mujeres ya estaban desayunando bien temprano, pero yo quería esperar un poquito más porque Marcos estaba dormido. Así, a las 7:30 puse al niño en la silla dormido como un tronco y salí a ver todo lo que se cocía.

En la pasarela estaba Isa con Guillermo y Álvaro (pobrecitos) y me di cuenta de que las lágrimas no solo afloraban en mis ojos, sino también en los de mis compañeras de equipo, de este equipo del que todos formamos parte.

Pistoletazo de salida al amanecer y algunas de nosotras fuimos a desayunar al hotel. Era raro ver el comedor lleno de mujeres y niños, todas más calladas que en días anteriores y aquí también hubo alguna que otra lagrimita. Las palabras de Juli nos animaron y seguimos con el día.

Algunas quedaron a pie de playa para animar a nuestros chicos y otras nos distribuíamos por las calles cercanas para ver como salíais en la bici. “Vale, están todos, menos mal”. Aquí empezó lo duro, porque iban a ser muchas horas sin saber qué tal iba todo, así que decidimos ir a la playa. La misma imagen: mujeres y niños. Ahora que lo pienso, me doy cuenta que estábamos todas un poco a nuestro aire, pensando en lo nuestro.

Gracias a Lici y Álvaro que estaban con la bici y a Pablo y Edu, nos íbamos enterando de que poco a poco llegábais a la T2. “Vamos Isa, que Ernesto llega ya”, comentamos en nuestro grupo de Whatsap. En mi caso, algo antes de las 5, me entero que Alberto empieza a correr. “Menos mal, lo peor ya ha pasado”.

En mente unas camisetas para animar a nuestros chicos. Ana encontró un sitio donde las hacían y allí nos fuimos todas, a poner en ellas vuestro nombre. “Alberto, eres mi Ironman” y “Papá, eres mi Ironman” decían las de Marcos y la mía. Risas para elegir el eslogan (uno muy votado fue el de “Una y no más, Santo Tomás”).

Después de esto, fuimos hacia el hotel, y allí estaba Ana, apostada en el paseo marítimo a las 6 de la tarde con Álvaro, esperando a que llegara su Ironman. Y todas fuimos tomando posesión de nuestros sitios para gritar a todo el que pasaba, no se nos coló ni uno. A todos animábamos y entre risa y risa nos enteramos que Anero había tenido que abandonar. ¡Pobre Merche! Creo que fue una sabia decisión por parte de Carlos, pero la noticia cayó como un jarro de agua fría.

“Vamos Miguel”. Ya estaba aquí el primero de los nuestros, pero aún le quedaban unos 12 km. Poco a poco tienen que ir llegando. “Vamos Ramón”, “Samu campeón”, “Venga Alberto” , “pero, ¿dónde está Ernesto?”. Intentamos tranquilizar a Isa y enseguida llegó su Ironman. Andando y con la cara desencajada, vimos que algo le pasaba. Isa fue caminando con él un ratito y nos contó que se encontraba mal. “Fuerza, fuerza, Ernesto”.

El primer momento emotivo de las llegadas a meta fue el de Yannick. Compartimos con su hijo los nervios de los acompañantes, pero de pronto apareció. Fue corriendo hacia él con la bandera de Palencia en una mano y con el teléfono en la otra. Al otro lado de la línea, su mujer… y todas nosotras llorando como magdalenas. “Bravo Yannick”.

El siguiente en llegar fue Miguel, pero tengo que reconocer que no le animamos lo suficiente porque no le reconocimos. Iba con Félix, y al ver el mono del TriPalencia, ya no nos fijamos en el que iba al lado. “Perdón Miguel”.

Ana llevaba un rato sin zapatos. Decidida a correr con Ramón y Álvaro desde donde estábamos hasta la meta. “Ya llega, venga corre”.

Después de esto, yo me fui más cerca de la meta, para que Alberto cogiera a Marcos en brazos para entrar con él. Primero llegó Samu, y Tania corría con él como una loca. “Enhorabuena Samu”.
Y ahí estaba Alberto, mirando de un lado a otro, buscando a su niño. Es Marcos el que le llama “Papá, men” (papá, ven) y yo no puedo dejar de llorar. “Seré boba”. Entrada en meta con Marcos a hombros, luciendo su camiseta de ánimo a su papá.  Yo mucho más emocionada que Alberto, corro hacia la meta, donde Marta nos espera para sacar la foto de rigor.

Mientras Alberto entraba, pasaron Antolín y Tato, y claro, Laura y Elena, corrieron con ellos emocionadas, que para eso se habían puesto las zapatillas. “Ya no queda nada, chicos”.

Me entero que Ernesto ha abandonado y que está en la enfermería. “No fastidies, pobre”.

A partir de aquí, me centré en cuidar de mi Ironman, y no vi entrar a Tato ni a Antolín.  Imagino que de la mano de sus parejas, ilusionados y satisfechos. Subimos a la habitación para darse una ducha, pero rápido volvimos a bajar para ver entrar a los compañeros que quedaban. Somos un equipo y es importante apoyar hasta el final.

“Venga Sara, que ya llega Jose. Corre”. “Venga Lizzy, Daniela”. “Iñaky está llegando. Bea saca el jersey de la peña”.  Abrazos y más abrazos, entre vosotros, nosotras, otros acompañantes…. Todo fue emocionante, pero quedaba por llegar Luis Óscar, acompañado de Bea durante los últimos 12 km, toda una campeona también. No pude verle llegar, porque Marcos se puso muy guerrero, pero le tuve en mi pensamiento hasta que entró a meta.

Pues sí, nuestros chicos han hecho el Iberman, son unos campeones. Y sí chicas, en parte ha sido también gracias a nosotras, que hemos apoyado de principio a fin a estos locos del deporte. Y aunque digamos que “Una y no más, Santo Tomás”, estaremos ahí en su próxima locura, seguro.

Lo mejor de esta prueba ha sido compartir unas vacaciones con los amigos, y lo peor (las tardes y los fines de semana solas), ya se ha olvidado.

Gracias a nuestros chicos por habernos hecho partícipes de esta prueba de larga distancia que también lo ha sido para nosotras. Y gracias a vosotras por haber hecho de esta prueba una oportunidad para vivirla juntas.

A por la próxima.

Autora: Ana Nuñez




jueves, 17 de octubre de 2013

Iberman Triatlón



Playa de Islantilla (Lepe - Huelva) Sábado 5 de octubre de 2013

12 locos del Triatlón Astudillo (Jose Racionero, Cesar Vian, Ernesto Carrera, Miguel Carrera, Carlos Anero, Luis Oscar Rodríguez, Alberto Antolín, Luis Ángel Varas, Ramón Alayeto, Samuel González, Iñaki García y Alberto Illana) y 4 del Triatlón Palencia (Yannick Coustarot, Félix Castrillejo, José Luis Campo y Vicente Álvarez) nos embarcamos hace ya 10 meses en una prueba Ironman.



Locos y zumbados fueron las 2 palabras más oídas en Astudillo antes, durante y después de la prueba.

Poco a poco se fue acercando el reto propuesto para este año, que consistía en poder “acabar” el triatlón Iberman, distancia Ironman, que consiste en nadar 3.800 m, pedalear 180 Km y correr 42 Km.

Eran las 6:00 horas de la mañana del sábado cuando sonó el despertador. Arriba de la cama de un salto, para no despertar a Marcos, ya que Ana ya estaba despierta (los nervios). Pantalón corto, camiseta y a desayunar. Allí estaba toda la expedición de Astudillo, cada uno escondía los nervios como podía.

Para una prueba de este tipo el desayunar bien es muy importante, aunque la verdad es que a mí no me entraba nada. Después de desayunar quedamos todos a las 7:00 horas en el hall del hotel para hacer una foto e ir a preparar las cosas a los boxes de la T1. Todavía era noche ciega, cada vez se notaban más los nervios. Tras más fotos de nuestras parejas que también estaban en pie, nos pusimos los neoprenos, nos dimos bien de vaselina, cogimos el gorro y las gafas y rumbo a la playa que estaba a unos 100 metros.


Allí estaban esperando nuestras parejas e hijos (que penita daban tan pronto ver a Daniela, Álvaro, Marcos y Guillermo).

Como no nos gusta dar la nota, minutos antes de empezar nos pusimos a cantar (“Por el rio Carrión pasaba un submarino”… “San Antolín, San Antolín”…) y así quitamos un poco los nervios.



Sobre las 8:15 con los primeros rayos de sol, sonó la bocina de salida y los cerca de 700 participantes inscritos en la prueba nos apoderamos de las aguas tranquilas del Océano Atlántico. Unos ya entraron al agua corriendo (como que tuvieran prisa) y otros, como nosotros, poco a poco, ya que esto iba a ser largo.


El sector de natación constaba de dos vueltas de 1.900 m cada una, aunque según los GPS cada vuelta fue de 2.200 m. Al salir del agua nos esperaban nuestras parejas y amigos para animarnos. Los primeros en salir fueron los hermanos Carrera y después de ellos fuimos saliendo progresivamente los demás.

La transición nos la tomamos con mucha calma: quitarnos el neopreno, lavarnos bien para quitarnos la arena y la sal, secarnos bien y a ponerse la ropa de la bici, que por delante aún quedaban 180 Km por tierras españolas y portuguesas.

En el sector de bicicleta no está permitido ir a rueda, pero sí que puedes ir con unos metros de distancia y alguno de nosotros hicimos este recorrido juntos, lo cual nos servía de distracción al poder echar una parlada.

En el tramo español la carretera estaba en muy buen estado y cortada al tráfico, lo cual da mucha seguridad. Al cruzar la frontera hacia Portugal la cosa cambió, de repente un repecho de 1 Km con unas rampas del 15%, carretera con tramos irregulares, abierta al tráfico y como una Montaña Rusa (no habíamos bajado y otra vez a subir). La verdad es que se hizo duro.

En Vilarreal de Santo Antonio estaba la T2 donde dejamos las bicicletas, nos cambiamos la ropa de la bici por la de correr y ahí llegaba lo duro: por delante una maratón, 42 Km corriendo. En este punto tuvo que dejar la prueba Anero, tras hacer casi la totalidad de la bici con un problema de estómago.

Empezamos el sector de carrera en Portugal y tras 8 Km, cruzamos el puente del “Centenario” que une los dos países salvando el río Guadiana. En este punto nos dio tiempo de disfrutar de las vistas de la desembocadura del Guadiana.

Tras un par de Km llegó uno de los escollos de la carrera, ya que había que subir hasta el Parador de Ayamonte. Luego cogimos una vía verde que transcurría entre las marismas. En el Km 25, tuvimos que atravesar 2 Km de arena por un bosque, hasta salir al paseo marítimo donde con el calor de la gente el sufrimiento parecía menor. Pero aún quedaba la última sorpresa (aquí tuvo que dejar la prueba Ernesto por problemas físicos), que fue en el Km 35, cuando se acaba el paseo marítimo y tuvimos que hacer 4 Km por la playa. Ahí te medio hundes, pero te acuerdas de la familia, amigos, de lo duro que ha sido todo el año y sacas las últimas fuerzas para llegar a la recta de meta donde están todos ellos.

Les pregunto que donde está Ana y me dicen que más adelante. Ahí la veo, cojo a Marcos y entro con él en hombros a META.


Quiero agradecer el apoyo de las parejas por el aguante de todo un año duro y durante la prueba la labor psicológica que aportaron Licinio y Alvarito.

Después de la prueba, una duchita y unas cañas, como si la cosa no hubiese sido para tanto.
El día siguiente fue un poco más duro, porque a los dolores normales de las piernas, se juntaron las ampollas en los pies y alguna que otra uña dolorida.

Lo bueno, que pudimos descansar en la playa todos juntos.
Nada de “yo hice…”, todos fuimos un equipo, y como tal lo hemos vivido. Muchos sentimientos afloraron en esta prueba, pero sobre todo destacó la superación personal y el esfuerzo. No importa no acabarlo, lo primero es la salud (vosotros fuisteis los primeros valientes del club en acabar uno).
Ha sido un año duro de entrenamientos, pero creo que ha merecido la pena.

Así que, hasta la próxima locura compañeros.

Por mera información, aquí los tiempos:
Miguel Carrera 12:02:41
Ramón Alayeto 12:06:18
Samuel González 12:13:54
Alberto Illana  12:14:44
L. Ángel Varas (Tato) 13:17:03
Alberto Antolín 13:17:10
Jose Racionero 13:28:39
Iñaki García   13:31:06
Cesar Vian  13:31:22
L. Oscar Rodríguez 14:39:16

Autor: Alberto Illana
  

lunes, 14 de octubre de 2013

IV Marcha MTB Villa de Astudillo Memorial Miguel Angel Monja

Llegó otra nueva edición y con esta ya van 4 de la marcha BTT de nuestro pueblo, Astudillo y con ellos todos sus preparativos, que aunque no lo parezca, tienen tela.

Desde primavera ya está Che y Luis Ángel por los páramos buscando sendas, cortando ramas y pisando el terreno. Ernesto empieza con las gestiones y a repartir cargos, que si unos preparan la camiseta, otros la carpa, los dorsales, las inscripciones,… hasta que por fin, y con mucha ilusión, porque es la única manera de que las cosas salgan tan bien, llega el día.

Lleva 3 días lloviendo por Astudillo y todo el mundo está pendiente del AEMET y del cielo, los caminos están embarrados y lo único que deseamos es que nos respete un poco para poder hacer la marcha, pero a las 8 de la mañana cuando llegaban los primeros madrugadores empezó escampar y ver el sol, como no podía ser de otra manera.

Se recogieron casi la totalidad de los dorsales y bajamos a la plaza donde hicimos el homenaje a Miguel Angel Monja, compañero fallecido hace un año y con un coete empiezan los 57 km de prueba. El recorrido tuvo que ser cambiado a última hora debido a que el barro de las sendas y pistas del por el monte las hace intransitables, una pena, pero no había opción, desde aquí dar también las gracias a la labor de los moteros de Astudillo que gracias a ellos se puedo hacer el cambio en el momento.

La marcha empieza con buen ritmo bajando por el camino de los establos, donde se ve la larguisima cola de ciclistas que se estira aún más en la primera subida a Somontó, donde alguno ya pone el píe en tierra. Se hacen unos kilómetros por el páramo para bajar a Melgar de Yuso, a partir de ahí cogemos otra pista que nos lleva a retomar el recorrido original y nos lleva a Villodre. En este punto cambiamos totalmente de paisaje bajando a la ribera del río, zona con más charcos pero más divertida.

En todo momento los componente del club vamos en 6 grupos para ir controlando la marcha, los primero con Luis Angel, Adrián y compañía van llegando a Villalaco dónde, después de 32 km, tenemos el avituallamiento muy bien organizado, la plaza del pueblo se llena de gente, se comparten impresiones, se limpia un poco el barro y mientras el grupo 6 va llegando, el primer empieza a salir.
Se sigue el canal del Pisuerga unos kilómetros y luego se entra en término de Cordovilla la Real, aquí empieza la subida al monte de Astudillo por el camino del infierno, donde ya se van notando los kilómetros, una vez arriba un bonito paseo de 10 kilómetros por el monte de Astudillo, pasando al páramo y bajando por el camino de Corona.

Debido a los cambios de recorrido, aunque los kilómetros son los mismos, el trazado ha sido más rápido y un poco antes de 3 horas ya estaba llegando el primer grupo. Destacar la ausencia de incidentes graves, aunque alguna caída si que hubo y el buen rollo que caracteriza al Club Triatlon Astudillo.

El día continua con las duchas tanto de bici como de ciclista, donde nos tocó sacar bastante barro, sorteo de regalos en la plaza, con unas cañitas para recuperar y una suculenta comida a base de callos con garbanzos que triunfaron, muslos de pollo y melón.
Un autentico éxito y un trabajazo de preparación que se ve recompensado y da energías para preparar la V Marcha en 2014

Gracias a todos! Os esperamos el año que viene

Autor: Chao