Travesía del Canal Palencia – Villamuriel

El 26 de septiembre recibo un correo del club: AGENDA club,  reza el asunto. Abro y comienzo a leer todo tan bien organizado y clarito como siempre. Varios puntos de las citas, reuniones y uno que me llama la atención:

– Tradicional travesía por el canal de Castilla el día 28 de agosto. Recorrido Palencia-Villamuriel.
Pero bueno, si son 7 Km!. y como siempre lo empiezo a dar vueltas para marearme y no llegar a ningún lado. Escribo al club para preguntar por la logística:
¿Habrá reagrupamientos? ¿Y avituallamiento?¿Estará alguien con piragua por si no se puede más?.
La respuesta es inmediata: Si a todo (les falta el “pesada”). Vale ¡pues voy!.
Quedamos a las 16:10 en el bar de enfrente de la Dársena. Allí se toman un café rapiditoTato, Raci, Fosky y Santi?. Iñaky y yo no tomamos nada solo nos preguntábamos ¿no serán muchos kilómetros?.
Después de un duro deliberar qué coche lleva la ropa de nadar, qué otro la de correr (todos los de Astudillo vuelven corriendo), quién va a Villamuriel, quién se queda en Viñalta…. recogemos a Jaime, Isidro y Lici en Villamuriel y nos vamos  al punto de salida rápidamente que allí nos esperan además Illana y Diego. Por supuesto el omnipresente Palomo está llegando en su piragua, nos llevará las chanclas, el agua y el neopreno de Jaime ¡Lo va a hacer a pelo!.

                                
Nos tiramos al agua debajo del puente y está fría, fría (que buen invento el neopreno). No tardamos mucho en salir porque nos quedaba tooodo por nadar.
Primer km toma de contacto, despacio y tomando posiciones lo más cómodo para cada uno.
Segundo km, problemas con gafas, mi hombro derecho no acaba de entrar en calor.
Tercer km, Anero nos saluda desde la orilla.
Cuarto km, se incorpora Luis Oscar.
Quinto km, Melecio nos informa de que hay mucha vegetación y raspa sobre todo a Jaime que va a pecho descubierto.
Sexto km, ¡Ya nos queda menos! grita Jaime.
Y llegamos, fueron en total 7.000 m y prácticamente dos horas.
                                        
Rápidamente salimos del agua nos cambiamos, tomamos algo (la mayoría antes de comenzar comieron barritas, plátanos) y los iron man dejaron aperos de nadar en el coche, se pusieron zapatillas y salieron zumbando para desandar lo nadado. ¡Casi tardan menos que yo en llegar de nuevo a Viñalta!.

Contentos, sudados, cansados se cambiaron de nuevo (luego dicen de las mujeres…) y tomaron dirección a la sede: EL Curro. Allí supongo que unas buenas cervezas levantan el ánimo de cualquiera.

Ana San Juan

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